El autor de la Miseria Humana aún es recordado
Vida pasión y muerte del poeta
soledeño Gabriel Escorcia Gravini
En los primeros años del pasado siglo vivió en Soledad un poeta, autodidacta y medio misterioso para algunos, que por varios años estuvo recluido a instancias de sus familiares en una habitación, saliendo solo por las noches y convirtiéndose en un visitante consuetudinario del cementerio central de esa población, amigo cercano de tumbas y difuntos.
Gabriel Antonio Escorcia Gravini , conocido por ser el autor La Gran Miseria Humana, fue compañero en la escuela primaria de hombres brillantes que han dado lustre a Soledad y que aún brillan en el ámbito de esa convulsionada población. Tomás Salas Orozco, Juan Domínguez Romero, Pedro Joaquín Gómez, Héctor Donado, Fabio Donado, Rafael Barraza, entre otros, fueron coetáneos del mencionado poeta.
El 23 de agosto de 1964, 43 años después de la muerte de Escorcia Gravini, el también poeta José Miguel Orozco presentó una conferencia en el Centro Literario Gabriel Escorcia Gravini, un grupo literario fundado por inquietos muchachos de la época que querían homenajear al poeta.
Entre los apartes más importantes de la conferencia, Orozco decía: “Conocí a Escorcia Gravini en las aulas del colegio que registrara el insigne pedagogo, don Luis R. Caparroso, allá por el año 1907, cuyo colegio estaba ubicado en la parte norte de la manzana diagonal al Palacio Municipal. Era un largo salón construido de bahareque y techo pajizo, el cual hubo de desocuparse porque amenazaba derrumbarse. De éste, pasamos al salón del primer piso del Palacio ya citado. Pero a este nuevo salón, ya no pudo asistir a clases nuestro poeta, porque días antes y desde el antiguo salón mencionado, había sido suspendido sus estudios, por prescripción médica, para no volver jamás. Cursaba Gabriel Antonio Escorcia (que así rezaba su nombre en el libro de matrículas) el segundo año elemental. He de contarles que, cuando esto aconteció, ya él escribía décimas a sus compañeros de grupo y tenía entonces 14 años de edad. Ya habréis comprendido por lo que dejo dicho, de que nuestro poeta fué un autodidacta. Escorcia Gravini nació poeta”.
Siguió diciendo en esa conferencia José Miguel Orozco, refiriéndose a la obra de Escorcia Gravini: “Pero el poeta está fecundo, fecundísimo. No le bastaba con las publicaciones en "Auras", sino publicarlas también en folletos. Y fue entonces cuando le edité varios folletos, siendo el primero Lanzas de Oro, y sucesivamente Bosques de Lauros. Perlas Latinas, La boliviada, Lilia Enamorada, Diana de Rebelión, El Siglo de las Flores y otros más, cuyos nombres se me escapan, siendo el último que le editara en el año 1918, el titulado Petalos y Alfileres, en el cual salió publicado su poema cumbre: La Gran miseria Humana, el cual ha sido reproducido en toda Colombia y hasta podría decirse lo ha hecho inmortal”.
Por su parte, William Barros Cervantes, dirigente deportivo y cívico que vivió y estudió en Soledad en la década de los 60´s, nos dice: “Siendo estudiante un grupo de compañeros de Soledad fundamos un centro literario al que le pusimos Gabriel Escorcia Gravini en honor al gran poeta, autor de La Miseria Humana. La inquietud nuestra fue divulgar la obra que en ese entonces no era muy conocida sobre todo a nivel de colegios. La idea causó mucho impacto ya que poetas reconocidos como José Miguel Orozco nos acompañaban dictando charlas y dándonos a conocer mas a fondo de la vida de Escorcia Gravini”.
Continúa Barros. “Una de las tareas que acometimos en ese momento fue construirle un mausoleo en el Cementerio Central de Soledad para que sus restos reposaran dignamente.
El día de la inauguración de ese mausoleo, el 9 de enero de 1966 yo fui el orador, esta es una fecha inolvidable para nosotros. Nos acompañaron en ese momento muchos agricultores y personas del común. Posteriormente el poeta Orozco nos ofreció su imprenta para que diéramos a conocer la obra de Escorcia. Fue entonces cuando creamos un pequeño periódico al que llamamos de igual manera: Centro Literario Gabriel Escorcia Gravini. Allí nos dimos a la tarea de dar a conocer muy a fondo la historia que en ese tiempo se manejaba sobre la verdadera enfermedad que padecía el poeta. Esa enfermedad era la lepra. Debido a eso él se aisló y sólo salía de noche. De allí en que se inspirara mucho en el cementerio que era el sitio que visitaba. Se creía en ese entonces que esa enfermedad era contagiosa, hasta sus familiares se apartaron de él; lo aislaron en una habitación y sus posibilidades de salir eran sólo por las noches".
Finalmente, William Barros muestra su preocupación por que al poeta se le conozca sin equivocaciones. “En Medellín se edita un folleto con el texto del poema La Gran Miseria Humana, desde hace muchos años, pero dice que el autor es Gregorio Escorcia Gravini. La idea es que podamos lograr que se corrija ese error en el nombre del poeta. El poema la Miseria Humana, grabado por el reconocido músico Lizandro Meza es un tema musical que le ha dado la vuelta al mundo. El folleto con el error también se esta vendiendo en Barranquilla, por lo tanto solicitamos que las nuevas generaciones se apersonen del tema y logren que el poeta sea conocido por su verdadero nombre”.
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